lunes, 8 de octubre de 2007

neofeminismo?

Con miedo me atrevería a utilizar el concepto de Neofeminismo para referirme a una nueva creación de conceptos. Con miedo, porque el "Neo" parece ser miserable y sin suficiente poder como para justificar los cambios.

Mi gran duda siempre ha sido el interés en el exclusivismo, que parece ser esencia de todo ser humano (que es lo único que recuerdo haber sido). Mi segunda duda tiene que ver con el aprendizaje y autoanalisis-autodescubrimiento, que puede resultar a base de suposiciones, pero es más confiable experimentando con los extremos (que es lo que nos hace reconocer el negro del blanco, la luz de la oscuridad y hasta la tristeza de la alegría plena y a beneficiarse al maximo con nuestra elección)

La exclusividad la relaciono mucho al arte absoluto, pero tiende a ser más preocupante por la influencia en la creación de posturas arrogantes, que no aportan para la transformación de los seres humanos en verdaderas buenas personas. (que es la etapa que no debemos saltar por si nuestro fin es llegar a ser grandes personas...). ¿Cómo solucionarlo? ¿Será necesario? Buscar la exclusividad podría entorpecer la exigencia de la igualdad. Pero tal vez no haya que buscarla, sino aprender a reconocerla.

Sobre necesidades educativas extremistas, reconozco que me parecen fundamentales para poder sacar utiles conclusiones...lo extraño es que siento que nos hará más humildes. Podremos apreciar las mínimas diferencias, las mínimas evoluciones, las mínimas sensaciones, incluso creo que podremos llegar a un conformismo digno, que nos ayudará a la tranquilidad fundamental para la sobrevivencia. Cierto, muy subjetivo.
¿Relación alguna? Sí, me refiero al cambio interno y único que debe desarrollar la mujer, antes de exigir cualquier cosa, de manera que pisemos terreno firme. Partimos por desarrollar nuestra consciencia sin temor, demosle tiempo, partamos por estar profundamente conscientes de nuestra existencia, permitamos que cualquier sensación se pronuncie. Cuando logremos esto, entonces empezaremos a clasificar sensaciones/emociones, y a reconocerlas, hasta las más minimas. La consciencia también hará que cosas más miserables nos afecten. Tampoco es para preocuparse, porque cuando empecemos a entender nuestros sufrimientos, nuestras penas, nuestras sensaciones negativas podremos entender las tristezas ajenas y desarrollar nuestra compasión. Debemos aprender a sentir por el otro. Con eso ni se imaginan cuanto evolucionaremos.

Utilizando este crecimiento, más nuestra sensibilidad pura influida por nuestra actividad neuroquímica, empezamos la creación de nuestra crítica. Nueva. Con nuevas visiones. Llamemosle de la forma más simple: Opinión. Opinión de mujer. Util, unica...y ¿exclusiva?. Sí, deberá ser exclusiva (pero no se preocupen, es innatamente exclusiva...), será el mejor camino a la igualdad de derechos, pero en realidad es el camino al respeto. Nuestra opinión exclusiva deberá ser considerada para todo. Ninguna decisión en este mundo se podrá tomar sin haber consultado la crítica femenina. Será adictiva, necesaria y dependiente.
En ese momento la palabra sexismo deberá cambiar. No aparecerá en el diccionario como una actitud del hombre, sino que la asociaremos a discriminación en el mejor sentido de la palabra...porque discriminar es también una selección, un rescate y sólo la usaremos para distinguir diferencias obvias entre hombre y mujeres (y seguro más de alguien se molestará con la insistente separación).

Ese será el comienzo de la verdadera Revolución.

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Por cada mujer cansada de ser calificada como "hembra emocional", hay un hombre que aparenta ser fuerte y frío para mantener sus privilegios.